Para mi el Day-Date es uno de los modelos más elegantes y fascinantes que existen.
Hoy en día hay relojes con muchísimas más complicaciones, con diseños intrincados, movimientos sorprendentes que al verlos y preguntarte cómo fue posible hacer tanto en tan poco espacio, sencillamente te vuela la cabeza 🤯.
En su momento el Day-Date no fue diferente: dar la hora, el día y la fecha de forma precisa y coordinada fue algo revolucionario, aunque hoy ya parezca “básico”.
Este modelo se volvió emblemático gracias a la brillante estrategia de marketing de Rolex, rápidamente se ganó el sobrenombre de “Presidente” y con razón, este modelo ha estado en la muñeca de varias docenas de líderes mundiales: reyes, sultanes, presidentes y hasta dictadores.
El Day-Date se convirtió en el símbolo de éxito de Wall Street y luego un premio para aquellos que lograban alcanzar una meta financiera.
Para mí todavía sigue teniendo esa mística de lujo, poder y éxito, en el buen sentido. Creo que sigue siendo un premio bien merecido para aquellos que con esfuerzo y agallas conquistan sus sueños.
Hoy estoy luciendo este hermoso, raro y único Rolex Day-Date II 41mm en oro blanco con la esfera “Brown Chocolate” e indicadores en números romanos. El modelo y el dial se encuentran discontinuados desde el 2015.
